FORMULACIÓN DE
HIPÓTESIS
PROCESO
DE INVESTIGACIÓN
· Formular las
hipótesis.
· Detectar las
variables.
· Definir
conceptualmente las variables.
· Definir
operacionalmente las variables.
OBJETIVOS DE APRENDIZAJE
Que el alumno:
1) Comprenda los
conceptos de hipótesis, variable, definición conceptual y definición
operacional de una variable.
2) Conozca y comprenda
los diferentes tipos de hipótesis.
3) Aprenda a deducir y
formular hipótesis, así como definir conceptual y operacionalmente las
variables contenidas en una hipótesis.
SÍNTESIS
La sección define lo que es una hipótesis, presenta una clasificación de los
tipos de hipótesis en la investigación científica, define el concepto de variable
y explica maneras de deducir y formular hipótesis. Asimismo se establece la
relación entre el planteamiento del problema, el marco teórico, el tipo de
investigación y las hipótesis.
HIPÓTESIS
Ya hemos planteado el problema de investigación, revisado la literatura
y contextualizado dicho problema mediante la construcción del marco teórico (el
cual puede tener mayor o menor información, según cuanto se haya estudiado el
problema o tema específico de investigación). Asimismo, hemos visto que nuestro
estudio puede iniciarse como exploratorio, descriptivo, correlacional o
explicativo, y que como investigadores decidimos hasta dónde queremos y podemos
llegar (es decir, si finalmente el estudio terminará como descriptivo,
correlacional o explicativo). Ahora, el siguiente paso consiste en establecer
guías precisos hacia el problema de investigación o fenómeno que estamos
estudiando. Estas guías son las hipótesis. En una investigación
podernos tener una, dos o varias hipótesis; y como se explicará más
adelante, a veces no se tienen hipótesis.
Las hipótesis nos indican lo que estamos buscando o tratando de probar y
pueden definirse como explicaciones tentativas del fenómeno investigado
formuladas a manera de proposiciones. De hecho, en nuestra vida cotidiana constantemente elaboramos hipótesis
acerca de muchas “cosas” y luego indagamos (investigamos) si son o no ciertas.
Por ejemplo, establecemos una pregunta de investigación: ¿Le gustaré a Ana? y
una hipótesis: “Yo le resulto atractivo a Ana”. Esta hipótesis es una
explicación tentativa (porque no estamos seguros que sea cierta) y está
formulada como proposición (propone o afirma algo). Después investigamos si la
hipótesis es aceptada o rechazada cortejando a Ana.
Las hipótesis no necesariamente son verdaderas; pueden o no serlo, pueden o no comprobarse con
hechos. Son explicaciones tentativas, no los hechos en sí. El investigador al
formularlas no puede asegurar que vayan a comprobarse. Como mencionan y
ejemplifican Black y Champion (1976), una hipótesis es diferente de una
afirmación de hecho. Alguien puede hipotetizar que, en un país determinado, las
familias que viven en zonas urbanas tienen menor número de hijos que las
familias que viven en zonas rurales; y esta hipótesis puede ser o no
comprobada. En cambio, si alguien afirma lo anterior basándose en información
de un censo poblacional recientemente efectuado en ese país, no establece una
hipótesis sino que afirma un hecho. Es decir, el investigador al establecer sus
hipótesis desconoce si serán o no verdaderas.
Dentro de la investigación científica, las hipótesis son proposiciones
tentativas acerca de las relaciones entre dos o más variables y se apoyan en
conocimientos organizados y sistematizados.
EJEMPLOS DE HIPÓTESIS:
1. La proximidad física
entre los hogares de las parejas de novios está relacionada positivamente con
la satisfacción sobre la relación entre éstos.
2. El índice de cáncer
pulmonar es mayor entre los fumadores que en los no fumadores.
3. Conforme se
desarrollan las psicoterapias orientadas en el paciente, aumentan las
expresiones verbales dé discusión y exploración de planes futuros personales,
mientras que disminuyen las expresiones verbales de discusión y exploración de
hechos pasados.
4. A mayor variedad en
el trabajo, mayor motivación intrínseca respecto a éste.
Las hipótesis pueden ser
más o menos generales o precisas, e involucrar dos o más variables —como
podemos observar en los ejemplos—, pero en cualquier caso son sólo
proposiciones sujetas a comprobación empírica, a verificación en la
realidad. El primer ejemplo, vincula dos variables: “proximidad física entre
los hogares de los novios” y “satisfacción sobre el noviazgo”,
VARIABLES
Pero vayamos por partes. En este punto es necesario definir qué es una
variable. Una variable es una propiedad que puede variar (adquirir
diversos valores) y cuya variación es susceptible de medirse. Ejemplos
de variables son el sexo, la motivación intrínseca hacia el trabajo, el
atractivo físico, el aprendizaje de conceptos, el conocimiento de historia de
la Revolución Mexicana, la religión, la agresividad verbal, la personalidad
autoritaria y la exposición a una campaña de propaganda política. Es decir, la
variable se aplica a un grupo de personas u objetos, los cuales pueden adquirir
diversos valores respecto a la variable; por ejemplo la
inteligencia: las personas pueden clasificarse de acuerdo con su
inteligencia, no todas las personas poseen el mismo nivel de inteligencia,
varían en ello.
La ideología de la prensa: no todos los periódicos manifiestan a través
de su contenido la misma ideología.
Las variables adquieren valor para la investigación científica cuando
pueden ser relacionadas con otras (formar parte de una hipótesis o una teoría).
En este caso se les suele denominar “constructos o construcciones hipotéticas”.
Las hipótesis proponen tentativamente las respuestas a las preguntas de
investigación, la relación entre ambas es directa e íntima. Las hipótesis
relevan a los objetivos y preguntas de investigación para guiar el estudio. Por
ello, como se puntualizará más adelante, las hipótesis comúnmente surgen de los objetivos y preguntas de
investigación, una vez que éstas han
sido reevaluadas a raíz de la revisión de la literatura.
SURGIMIENTO DE LAS HIPÓTESIS
Si hemos seguido paso por paso el proceso de investigación, es natural
que las hipótesis surjan del planteamiento del problema que, como recordamos,
se vuelve a evaluar y si es necesario se replantea a raíz de la revisión de la
literatura. Es decir, provienen de la revisión misma de la literatura (de la
teoría adoptada o la perspectiva teórica desarrollada). Nuestras hipótesis pueden surgir de un postulado de
una teoría, del análisis de ésta, de generalizaciones empíricas pertinentes a
nuestro problema de investigación y de estudios revisados o antecedentes
consultados.
Existe pues, una relación muy estrecha entre el planteamiento del
problema, la revisión de la literatura y las hipótesis. La revisión inicial de la literatura hecha para
familiarizamos con el problema de estudio nos lleva a plantear dicho problema,
después revisamos la literatura y afinamos o precisamos el planteamiento del
problema, del cual derivamos las hipótesis. Desde luego, al formular las
hipótesis volvemos a evaluar nuestro planteamiento del problema. Debemos
recordar que se comentó que los objetivos y preguntas de investigación pueden
reafirmarse o mejorarse durante el desarrollo del estudio. Asimismo, durante el
proceso se nos pueden ocurrir otras hipótesis que no estaban contempladas en el
planteamiento original, producto de nuevas reflexiones, ideas o experiencias;
discusiones con profesores, colegas o expertos en el área; e —incluso— “de
analogías, mediante el descubrimiento de semejanzas entre la información
referida a otros contextos y la que se posee para la realidad del objeto de
estudio” (Rojas, 1981, p. 95). Este último caso ha ocurrido varias veces en las
ciencias sociales. Por ejemplo, algunas hipótesis en el área de la comunicación
no verbal sobre el manejo de la territorialidad humana surgieron de estudios
sobre este tema pero en animales; algunas concepciones de la teoría del campo o
psicología topológica (cuyo principal exponente fue Kurt Lewin) tienen
antecedentes en la teoría del comportamiento de los campos electromagnéticos.
La teoría de Galileo, propuesta por Joseph Woelfel y Edward L. Fink (1980) para
medir el proceso de la comunicación, tiene orígenes importantes en la física y
otras ciencias exactas (las dinámicas del “yo” se apoyan en nociones de la
álgebra de vectores).
Selltiz et al. (1965, Pp. 54-55), al hablar de las fuentes de donde
surgen las hipótesis escriben:
“Las fuentes de hipótesis de un estudio tienen mucho que ver a la hora
de determinar la naturaleza de la contribución de la investigación en el cuerpo
general de conocimientos. Una hipótesis que simplemente emana de la intuición o
de una sospecha puede hacer finalmente una importante contribución a la
ciencia. Sin embargo, si solamente ha sido comprobada en un estudio, existen
dos limitaciones con respecto a su utilidad. Primera no hay seguridad de que
las relaciones entre dos variables halladas en un determinado estudio serán
encontradas en otros estudios”... “En segundo lugar, una hipótesis basada
simplemente en una sospecha es propicia a no ser relacionada con otro
conocimiento o teoría. Así pues, los hallazgos de un estudio basados en tales
hipótesis no tienen una clara conexión con el amplio cuerpo de conocimientos de
la ciencia social. Pueden suscitar cuestiones interesantes, pueden estimular
posteriores investigaciones, e incluso pueden ser integradas más tarde en una
teoría explicatoria. Pero, a menos que tales avances tengan lugar, tienen
muchas probabilidades de quedar como trozos aislados de información.”
Y agregan:
“Una hipótesis que nace de los hallazgos de otros estudios está libre en
alguna forma de la primera de estas limitaciones. Si la hipótesis está basada
en resultados de otros estudios, y si el presente estudio apoya la hipótesis de
aquellos, el resultado habrá servido para confirmar esta relación de una forma
normal”... “Una hipótesis que se apoya no simplemente en los hallazgos de un
estudio previo, sino en una teoría en términos más generales, está libre de la
segunda limitación: la de aislamiento de un cuerpo de doctrina más general.”
Las hipótesis pueden surgir aunque no exista un cuerpo teórico abundante
Estamos de acuerdo en que las hipótesis que surgen de teorías con
evidencia empírica superan las dos limitaciones que señalan Selltiz y sus
colegas (1965), así como en la afirmación de que una hipótesis que nace de los hallazgos
de investigaciones anteriores vence la primera de dichas limitaciones. Pero es
necesario recalcar que también pueden emanar hipótesis útiles y fructíferas de
planteamientos del problema cuidadosamente revisados, aunque el cuerpo teórico
que los sustente no sea abundante. A veces la experiencia y la observación
constante pueden ofrecer potencial para el establecimiento de hipótesis
importantes, lo mismo puede decirse de la intuición. Desde luego, cuanto menor
apoyo empírico previo tenga una hipótesis, mayor cuidado se deberá tener en su
elaboración y evaluación, porque tampoco podemos formular hipótesis de manera
superficial. Lo que sí constituye una grave falla en la investigación es
formular hipótesis sin haber revisado cuidadosamente la literatura, ya que
podemos cometer errores tales como “hipotetizar” algo sumamente comprobado
(nuestro estudio no es novedoso, pretende volver a “inventar la rueda”) o
“hipotetizar”algo que ha sido contundentemente rechazado (un ejemplo burdo pero
ilustrativo sería pretender establecer la hipótesis de que “los seres humanos
pueden volar por sí mismos, únicamente con su cuerpo”). Definitivamente, la
calidad de las hipótesis está relacionada positivamente con el grado de
exhaustividad con que se haya revisado la literatura.
Para que una hipótesis sea digna de tomarse en cuenta para la
investigación científica, debe reunir ciertos requisitos:
- Las hipótesis deben referirse a una situación
social real. Como argumenta
Rojas (1981), las hipótesis sólo pueden someterse a prueba en un universo
y contexto bien definidos. Por ejemplo, una hipótesis que tenga que ver
con alguna variable del comportamiento gerencial —digamos, la motivación—
deberá ser sometida a prueba en una situación real (con ciertos gerentes
de organizaciones existentes, reales). En ocasiones en la misma hipótesis
se explicita esa realidad (“ los niños guatemaltecos que viven en zonas
urbanas, imitarán mayor conducta violenta de la televisión; que los niños
guatemaltecos que viven en zonas rurales”), y otras veces la realidad se
define a través de explicaciones que acompañan a la hipótesis (la
hipótesis: “cuanto mayor sea la retroalimentación sobre el desempeño en el
trabajo que proporcione un gerente a sus supervisores, más grande será la
motivación intrínseca de éstos hacia sus tareas laborales”; no explicita
qué gerentes, de qué empresas. Y será necesario contextualizar la realidad
de dicha hipótesis, afirmar por ejemplo que se trata de gerentes de todas
las áreas —producción, recursos humanos, finanzas— de empresas puramente
industriales con más de 1 000 trabajadores y ubicadas en Bogotá). Es muy
frecuente que, cuando nuestras hipótesis provienen de una teoría o una
generalización empírica (afirmación comprobada varias veces en la
realidad), sean manifestaciones contextualizadas o casos concretos de
hipótesis generales abstractas. La hipótesis “a mayor satisfacción laboral
mayor productividad” es general y puede someterse a prueba en diversas
realidades (países, ciudades, parques industriales o aun en una sola
empresa; con directivos, secretarias u obreros, etc.; en empresas
comerciales, industriales, de servicios o combinaciones de estos tipos;
giros; etc.). En estos casos, al probar nuestra hipótesis contextualizada
aportamos evidencia en favor de la hipótesis más general. Es obvio que los
contextos o realidades pueden ser más o menos generales y —normalmente—
han sido explicitados en el planteamiento del problema. Lo que hacemos al
establecer la hipótesis o las hipótesis es volver a analizar si son los
adecuados para nuestro estudio y si es posible tener acceso a ellos
(reconfirmamos el contexto, buscamos otro o ajustamos las hipótesis).
2. Los términos (variables) de la hipótesis tienen que ser
comprensibles, precisos y lo más concretos posible. Términos vagos o
confusos no tiene cabida en una hipótesis. Por ejemplo: “globalización de la economía,
sinergia organizacional”, son conceptos imprecisos y generales que deben
sustituirse por otros más específicos y concretos.
3. La relación entre variables propuesta por una hipótesis debe ser
clara y verosímil (lógica). Es decir, es necesario
que quede claro cómo se están relacionando las variables y que esta relación no
sea ilógica. Por ejemplo, una hipótesis como: “La disminución del consumo del
petróleo en los Estados Unidos está relacionada con el grado de aprendizaje del
álgebra por parte de niños que asisten a escuelas públicas en Buenos Aires”
sería inverosímil, no podemos considerarla.
4. Los términos de la hipótesis y la relación planteados entre ellos,
deben poder ser observados y medidos, o sea tener referentes en la
realidad Las hipótesis científicas
—al igual que los objetivos y preguntas de investigación— no incluyen aspectos
morales ni cuestiones que no podemos medir en la realidad. Hipótesis tales
como: “Los hombres más felices van al cielo” o ‘La libertad de espíritu está
relacionada con la voluntad creadora” contienen conceptos o relaciones que no poseen
referentes empíricos; por lo tanto, no son útiles como hipótesis para
investigar científicamente ni se pueden someter a prueba en la realidad.
5. Las
hipótesis deben estar relacionadas con técnicas disponibles para
probarlas. Este
requisito está estrechamente relacionado con el anterior y se refiere a que al
formular una hipótesis, tenemos que analizar si existen técnicas o herramientas
de la investigación (instrumentos para recolectar datos, diseños, análisis
estadísticos o cualitativos, etc.), para poder verificarla, si es posible
desarrollarlas y si se encuentran a nuestro alcance. Se puede dar el caso de
que existan dichas técnicas pero que por ciertas razones no tengamos acceso a
ellas. Alguien podría pretender probar hipótesis referentes a la desviación
presupuestal en el gasto público de un país latinoamericano o la red de
narcotraficantes en la ciudad de Miami, pero no disponer de formas realistas de
obtener sus datos. Entonces su hipótesis aunque teóricamente puede ser muy
valiosa, no se puede probar en la realidad.
TIPOS DE HIPOTESIS
Existen diversas formas de
clasificar las hipótesis, pero en este apartado nos
vamos a concentrar en una que las clasifica en: 1) hipótesis de
investigación, 2) hipótesis nulas, 3) hipótesis
alternativas y 4) hipótesis estadísticas.
¿QUÉ SON LAS
HIPÓTESIS DE INVESTIGACIÓN?
Lo que hemos venido definiendo
como hipótesis a lo largo de este capítulo son en realidad las hipótesis de
investigación. Es decir, éstas podrían definirse como “proposiciones tentativas
acerca de las posibles relaciones entre dos o más variables y que cumplen con
los cinco requisitos mencionados”. Se les suele simbolizar como Hi o H1, H2,
H3, etc. (si son varias) y también se les denomina hipótesis
de trabajo.
A su vez las hipótesis
de investigación pueden ser:
Hipótesis
descriptivas del valor de variables que
se va a observar en un contexto o en la manifestación de otra Variable
EJEMPLO
Hi:
“La expectativa de ingreso mensual de los trabajadores de la Corporación TEAQ
oscila entre $50 000 y $60 000 pesos colombianos.”
Las hipótesis de este tipo se
utilizan a veces en estudios descriptivos. Pero cabe comentar que no en todas
las investigaciones descriptivas se formulan hipótesis o que éstas son
afirmaciones más generales (“La ansiedad en los jóvenes alcohólicos será
elevada”, “Durante este año, los presupuestos de publicidad se incrementarán
entre un 50 y un 60%”, “La motivación extrínseca de los obreros de las plantas
de las zonas industriales de Guadalajara disminuirá”, “El número de
psicoterapias va a aumentar en las urbes sudamericanas con más de 3 millones de
habitantes”, etc.). No es sencillo hacer estimaciones con cierta precisión
respecto a fenómenos del comportamiento humano.
Hipótesis
correlacionales
Éstas especifican las
relaciones entre dos o más variables. Corresponden a los estudios
correlacionales y pueden establecer la asociación entre dos variables (“La
inteligencia está relacionada con la memoria”, “La ex posición por parte de los
adolescentes a videos musicales con alto contenido sexual, está asociada con la
manifestación de estrategias en las relaciones interpersonales heterosexuales
para establecer contacto sexual”, etc.); o establecer la asociación entre más
de dos variables (“La atracción física, las demostraciones de afecto, la
similitud en valores y la satisfacción en el noviazgo, se encuentran vinculadas
entre sí”, “La inteligencia, la memoria y las calificaciones obtenidas están
relacionadas, en estudiantes de postgrado uruguayos de ciencias sociales”,
etc.).
Sin embargo, las hipótesis
correlacionales pueden no sólo establecer que dos o más variables se encuentran
asociadas, sino cómo están asociadas. Éstas son las que alcanzan el nivel
predictivo y parcialmente explicativo.
EJEMPLOS
“A mayor exposición
por parte de los adolescentes a videos musicales con alto contenido
sexual, mayor manifestación de estrategias en las relaciones
interpersonales heterosexuales para establecer contacto sexual”. [Aquí la
hipótesis nos indica que, cuando una variable aumenta la otra también y
viceversa que cuando una variable disminuye, la otra disminuye.]
“A mayor autoestima, menor temor
de logro”. [Aquí la hipótesis nos indica que, cuando una variable aumenta, la
otra disminuye, y si ésta disminuye aquélla aumenta.]
“Las telenovelas
venezolanas muestran cada vez un mayor contenido
de sexo en sus escenas” (en esta hipótesis se correlacionan las variables
“época o tiempo en que se producen las telenovelas” y “contenido de sexo”).
En estos ejemplos, no sólo se
establece que hay relación entre las variables, sino también cómo es la
relación (qué dirección sigue). Como se comprenderá, es diferente hipotetizar
que dos o más variables están relacionadas a hipotetizar cómo son estas
relaciones. En el capítulo “Análisis e interpretación de los datos” se explica
más a fondo el tema de la correlación y los tipos de correlación entre
variables. Por el momento diremos que, cuando se correlacionan dos variables,
se le conoce como “correlación bivariada” y, cuando se correlacionan varias
variables, se le llama “correlación múltiple”.
Es necesario agregar
que, en una hipótesis de correlación, el orden en que coloquemos las
variables no es importante (ninguna variable antecede a la otra; no
hay relación de causalidad). Es lo mismo indicar “a mayor X, mayor Y”
que “a mayor Y, mayor X”, o “a mayor X, menor Y” que “a menor Y, mayor X”.
EJEMPLO
“Quienes tienen más altas
puntuaciones en el examen de estadística, tienden a tener las puntuaciones más
elevadas en el examen de psicometría” es igual que “Los que tienden a tener las
puntuaciones más elevadas en el examen de psicometría son quienes tienen más
altas puntuaciones en el examen de estadística”.
Es decir, como nos enseñaron
desde pequeños: “‘el orden de los factores (variables) no altera el producto
(la hipótesis).”. Desde luego, esto ocurre en la correlación mas no en las
relaciones de causalidad, en donde vamos a ver que sí importa
el orden de la variables. Pero en la correlación no hablamos de
variables independiente y dependiente (cuando sólo hay correlación
estos términos carecen de sentido). Los estudiantes que comienzan en sus cursos
de investigación suelen indicar en toda hipótesis cuál es la variable
independiente y cuál la dependiente. Ello es un error. Únicamente en
hipótesis causales se puede hacer esto.
Por otro lado, es común que
cuando se pretende en la investigación correlacionar varias variables
se tengan diversas hipótesis, y cada una de ellas relacione un par de
variables. Por ejemplo, si quisiéramos relacionar las variables “‘atracción
física”, “confianza”, “proximidad física y “equidad”en el noviazgo (todas entre
sí), estableceríamos las hipótesis correspondientes.
EJEMPLO
H1 “A mayor
atracción física, menor confianza”.
H2 “A mayor
atracción física, mayor proximidad física”.
H3 “A mayor
atracción física, mayor equidad”.
H4 “A mayor
confianza, mayor proximidad física”.
H5 “A mayor
confianza, mayor equidad”.
H6 “A mayor
proximidad física, mayor equidad”.
Estas hipótesis deben ser
contextualizadas en su realidad (con qué novios) y sometidas a prueba empírica.
Hipótesis de la
diferencia entre grupos
Estas hipótesis se formulan en
investigaciones dirigidas a comprar grupos. Por ejemplo, supongamos que un
publicista piensa que un comercial televisivo en blanco y negro, cuya finalidad
es persuadir a los adolescentes que comienzan a fumar cigarrillos para que
dejen de fumar, tiene una eficacia diferente que uno en color. Su pregunta de
investigación podría ser: ¿es más eficaz un comercial televisivo en blanco y
negro que uno en color, cuyo mensaje es persuadir a los adolescentes que
comienzan a fumar cigarrillos para que dejen de hacerlo? Y su hipótesis podría
quedar formulada así:
EJEMPLO
Hi:
“El efecto persuasivo para dejar de fumar no será igual en los adolescentes que
vean la versión del comercial televisivo a color que en los adolescentes que
vean la versión del comercial en blanco y negro”.
Otro ejemplo de este tipo de
hipótesis sería:
Hi:
“Los adolescentes le atribuyen más importancia que las adolescentes al
atractivo físico en sus relaciones heterosexuales”.
En ambos ejemplos, se plantea
una posible diferencia entre grupos; solamente que en el primero de ellos
únicamente se establece que “hay diferencia” entre los grupos que se están
comparando, pero no se afirma en favor de cuál de los grupos es la diferencia.
No establece si el efecto persuasivo es mayor en los adolescentes que se
exponen al comercial en blanco y negro o los que se exponen al comercial en
color. Se limita a decir que se espera una diferencia. En cambio, en el
segundo, además de establecer la diferencia, se especifica en favor de cuál de
los grupos a comparar es ésta. (Los jóvenes son quienes según se piensa,
atribuirán mayor importancia al “atractivo físico”.)
Cuando el investigador no
tiene bases para presuponer en favor de qué grupo será la diferencia, formula
una hipótesis simple de diferencia de grupos (como el primer ejemplo de los
comerciales). Y cuando sí tiene bases, establece una hipótesis direccional de
diferencia de grupos (como el segundo ejemplo). Esto último, normalmente
ocurre cuando la hipótesis se deriva de una teoría o estudios antecedentes, o
bien el investigador está bastante familiarizado con el problema de estudio.
Esta clase de hipótesis puede
abarcar dos, tres o más grupos.
EJEMPLO
Hi:
“Las escenas de la telenovela “Sentimientos” presentarán mayor contenido de
sexo que las escenas de la telenovela ‘Luz Ángela’, y éstas —a su vez— mayor
contenido de sexo que las escenas de la telenovela “Mi último amor”.
Algunos investigadores
consideran las hipótesis de diferencia de grupos como un tipo de hipótesis
correlacionales, porque en última instancia relacionan dos o más variables. Por
ejemplo, el caso de la importancia del atractivo físico (página anterior)
relaciona las variables “sexo” con “atribución de la importancia del atractivo
físico en las relaciones heterosexuales”. La diferencia entre ambas clases de
hipótesis estriba en que normalmente en las hipótesis de diferencia de grupos
una de las variables (aquélla sobre la cual se dividen los grupos) adquiere un
número más limitado de valores (habrá tantos valores como grupos se comparen)
que los valores que adquieren las variables de las hipótesis correlacionales. Y
han sido diferenciadas debido a que por su nivel de medición, requieren
análisis estadísticos distintos. [Nota: si usted no entendió este último
párrafo no se preocupe, no se ha hablado todavía sobre “niveles de medición”.
Esta discusión fue introducida porque hay algunos investigadores que difieren
en lo comentado. Pensamos que, cuando ya se hayan visto los temas “‘niveles de
medición” (Pp. 257) y “métodos o pruebas estadísticas paramétricas y no paramétricas”
(Pp. 383-4 16), se comprenderá esta discusión].
Las hipótesis de diferencia de
grupos (aunque son distintas de las hipótesis correlacionales) pueden formar
parte de estudios correlacionales, si únicamente establecen que hay diferencia
entre los grupos —aunque establezcan en favor de qué grupo es ésta—. Ahora
bien, si además de establecer tales diferencias explican el porqué de las
diferencias (las causas o razones de éstas), entonces son hipótesis de estudios
explicativos. Asimismo, puede darse el caso de una investigación que se inicie
como correlacional (con una hipótesis de diferencia de grupos) y termine como
explicativa (en los resultados se expongan los motivos de esas diferencias). En
resumen, los estudios correlacionales se caracterizan por tener hipótesis
correlacionales, hipótesis de diferencias de grupos o ambos tipos.
Hipótesis que
establecen relaciones de causalidad
Este
tipo de hipótesis no solamente afirman las relaciones entre dos o más variables
y cómo se dan dichas relaciones, sino que además proponen un “sentido de
entendimiento” de ellas. Este sentido puede ser más o menos completo,
dependiendo del número de variables que se incluyan, pero todas estas hipótesis
establecen relaciones de causa—efecto.
HIPOTESIS
NULA
Las hipótesis
nulas son, en un sentido, el reverso de las hipótesis de
investigación. También constituyen proposiciones acerca de la relación entre
variables solamente que sirven para refutar o negar lo que afirma la hipótesis
de investigación. Por ejemplo, si la hipótesis de investigación propone: “Los
adolescentes le atribuyen más importancia al atractivo físico en sus
relaciones heterosexuales que las mujeres”, la nula postularía:
“Los
jóvenes no le atribuyen más importancia al atractivo físico en
sus relaciones heterosexuales que las adolescentes”.
Debido a que
este tipo de hipótesis resulta la contrapartida de la hipótesis de
investigación, hay prácticamente tantas clases de hipótesis nulas como de
investigación. Es decir, la clasificación de hipótesis nulas es similar
a la tipología de la hipótesis de investigación: hipótesis nulas descriptivas
de una variable que se va a observar en un contexto, hipótesis que niegan o
contradicen la relación entre dos o más variables, hipótesis que niegan que
haya diferencia entre grupos que se comparan —es decir afirmar que los
grupos son iguales— e hipótesis que niegan la relación de causalidad
entre dos o más variables (en todas sus formas). Las hipótesis
nulas se simbolizan como Ho.
Veamos
algunos ejemplos de hipótesis nulas, que corresponden a ejemplos de hipótesis
de investigación que fueron mencionados:
EJEMPLOS
Ho:
“La expectativa de ingreso mensual de los trabajadores de la corporación
TEAQ no oscila entre $50 000 a $60 000 pesos colombianos” (es
una hipótesis nula descriptiva de una variable que se va a observar en un
contexto).
Ho:
“No hay relación entre la autoestima y el temor de logro”
(hipótesis nula respecto a una correlación).
Ho:
“Las escenas de la telenovela ‘Sentimientos’ no presentarán mayor
contenido de sexo que las escenas de la telenovela ‘Luz Angela’ ni
éstas mayor contenido de sexo que las escenas de la telenovela ‘Mi
último amor”’. Esta hipótesis niega diferencia entre grupos y también podría
formularse así: “No existen diferencias en el contenido de sexo entre las
escenas de las telenovelas ‘Sentimientos’, ‘Luz Ángela’ y ‘Mi último amor’”. O
bien “el contenido de sexo en las telenovelas ‘Sentimientos’, ‘Luz Angela’ y
‘Mi último amor’ es el mismo”.
Ho:
“La percepción de la similitud en religión, valores y creencias no
provoca mayor atracción física” (hipótesis que niega la relación
causal).
HIPÓTESIS ALTERNATIVAS
Como su
nombre lo indica, son posibilidades alternativas - ante
las hipótesis de investigación y nula. Ofrecen otra descripción o
explicación distintas a las que proporcionan estos tipos de hipótesis. Por
ejemplo, si la hipótesis de investigación establece: “Esta silla es roja”, la
nula afirmará: “Esta silla no es roja”, y podrían formularse
una o más hipótesis alternativas: “Esta silla es azul”, “Esta silla es verde”, “Esta
silla es amarilla”, etc. Cada una constituye una descripción distinta a las que
proporcionan las hipótesis de investigación y nula.
Las hipótesis
alternativas se simbolizan como Ha y sólo pueden formularse cuando efectivamente hay
otras posibilidades adicionales a las hipótesis de investigación y nula. De
ser así, no pueden existir.
EJEMPLOS
Hi:
“El candidato ‘A’ obtendrá en la elección para la presidencia del consejo
escolar entre un 50 y un 60% de la votación total”.
Ho:
“El candidato ‘A’ no obtendrá en la elección para la presidencia del consejo
escolar entre un 50 y un 60% de la votación total”.
Ha:
“El candidato ‘A’ obtendrá en la elección para la presidencia del consejo
escolar más del 60% de la votación total”.
Ha:
“El candidato ‘A’ obtendrá en la elección para la presidencia del consejo
escolar menos del 50% de la votación total”.
Hi:
“Los jóvenes le atribuyen más importancia al atractivo físico
en sus relaciones heterosexuales que las jóvenes”.
Ho:
“Los jóvenes no le atribuyen más importancia al atractivo
físico en sus relaciones heterosexuales que las jóvenes”.
Ha:
“Los jóvenes /e atribuyen menos importancia al atractivo
físico en sus relaciones heterosexuales que las jóvenes”.
En este
último ejemplo, si la hipótesis nula hubiera sido formulada de la siguiente
manera:
Ho:
“Los jóvenes no le atribuyen más importancia —o le atribuyen menos importancia—
al atractivo físico en sus relaciones heterosexuales que las jóvenes”.
No habría
posibilidad de formular una hipótesis alternativapuesto que las
hipótesis de investigación y nula abarcan todas las posibilidades.
Las hipótesis
alternativas, como puede
verse, constituyen otras hipótesis de investigación adicionales a la hipótesis
de investigación original.
No hay reglas universales, ni siquiera consenso entre los investigadores
al respecto. Uno puede leer en un artículo de una revista científica un reporte
de investigación donde sólo se establece la hipótesis de investigación; y, en
esa misma revista, leer otro artículo en donde únicamente se establece la
hipótesis nula; un tercer artículo en el cual se pueden leer solamente las
hipótesis estadísticas de investigación y nula (o nada más una de ellas); un
cuarto artículo que contiene la hipótesis de investigación y las alternativas
traducidas en términos estadísticos; un quinto artículo donde aparecen las
hipótesis de investigación, nulas y alternativas, con sus hipótesis
estadísticas correspondientes. Esta situación es similar en los reportes
presentados por un investigador o una empresa dedicada a la investigación.
Igualmente ocurre en tesis, estudios de divulgación popular, reportes de
investigación gubernamental, disertaciones doctorales, libros y otras formas
para presentar estudios y análisis de muy diversos tipos. En estudios que
contienen análisis de datos cuantitativos, son comunes las siguientes opciones:
1) hipótesis de investigación únicamente, 2) hipótesis de
investigación más hipótesis estadística de investigación más hipótesis
estadística nula, 3) hipótesis estadísticas de investigación y nula.
Asimismo, algunos investigadores sólo explicitan una hipótesis
estadística (nula o de investigación) presuponiendo que quien lea su reporte
deducirá la hipótesis contraria. Incluso hay quien omite presentar en el
reporte sus hipótesis, pensando que el lector las habrá de deducir fácilmente o
que el usuario del estudio no está familiarizado con ellas y no le interesará
revisarlas (o no tienen sentido para él). Nuestra recomendación es que todas se
tengan presentes (no sólo al plantear las hipótesis sino durante toda la
investigación). Esto ayuda a que el investigador siempre esté alerta ante todas
las posibles descripciones y explicaciones del fenómeno que estudia; así podrá
tener un panorama más completo de lo que analiza. Pero le aconsejamos que
escriba en su reporte (explicite) las hipótesis que crea conveniente incluir
para que los usuarios, consumidores o lectores de la investigación comprendan
mejor el propósito y alcances de ésta.
Además, y como muchas cuestiones en la vida, el contexto o situación
marcan la pauta al respecto. Un maestro puede exigirles
a sus alumnos que en sus trabajos de
investigación incluyan todos los tipos de hipótesis (de investigación,
nula, alternativas y estadísticas); y otro maestro puede pedirles sólo un tipo
de hipótesis. En este caso, el trabajo (reporte de investigación del alumno)
incluirá las hipótesis que pide el profesor. Lo mismo ocurriría en una tesis
con los sinodales, en las investigaciones comerciales con los clientes,
estudios gubernamentales con el superior (sea director, coordinador, jefe,
ministro), en los artículos enviados a una revista científica con el reglamento
de publicaciones y el comité revisor. Cuando el investigador es el único que
puede decidir, debe pensarlo muy bien pues es su decisión y nada más
(insistimos, no hay normas al respecto). He aquí nuestra recomendación —que es
general y a alguien le puede parecer vaga— “piense en el receptor, en quién va
a leer su investigación”.
EN UNA INVESTIGACIÓN, ¿CUÁNTAS HIPÓTESIS SE DEBEN FORMULAR?
Cada investigación es diferente. Algunas contienen una gran variedad de
hipótesis porque su problema de investigación es complejo (v.g., pretenden
relacionar 15 o más variables), mientras que otras contienen una o dos
hipótesis. Todo depende del estudio que habrá de llevarse a cabo. La calidad de
una investigación no necesariamente está relacionada con el número de hipótesis que
contenga. En este sentido, se debe tener el número de hipótesis necesarias para
guiar el estudio, y no más ni menos. Desde luego, la investigación del
comportamiento humano es compleja y no resulta extraño leer estudios con
múltiples hipótesis, pero de ningún modo es un requisito.
EN UNA INVESTIGACIÓN ¿SE PUEDEN FORMULAR HIPÓTESIS DESCRIPTIVAS DE UNA
VARIABLE, HIPÓTESIS CORRELACIONALES, HIPÓTESIS DE LA DIFERENCIA DE GRUPOS E
HIPÓTESIS CAUSALES?
La respuesta puede ser “si”; en una misma investigación se pueden establecer
todos los tipos de hipótesis porque el problema de investigación así lo
requiere. Por ejemplo, supongamos que alguien ha planteado un estudio en una
determinada ciudad latinoamericana, y sus preguntas de investigación son,
entre otras:
¿Cuál será a fin de año el nivel de desempleo en la ciudad de Baratillo?
¿Cuál es el nivel promedio de ingreso familiar mensual en la Ciudad de
Baratillo? ¿Existen diferencias entre los distritos (barrios, delegaciones o
equivalentes) de la Ciudad de Baratillo en cuanto al nivel de desempleo? (¿Hay
barrios o distritos con mayores índices de desempleo?)
¿cuál es el nivel de escolaridad promedio en los jóvenes y las jóvenes
que viven en Baratillo? y ¿existen diferencias por sexo al respecto?
¿Está relacionado el desempleo con incrementos de la delincuencia en
dicha ciudad?
¿Provoca el nivel de desempleo un rechazo contra la política fiscal
gubernamental?
Las hipótesis del estudio podrían ser:
“El nivel de desempleo en la Ciudad de Baratillo será del 15% para fin
de año” (Hi: % = 15).
“El nivel promedio de ingreso familiar mensual oscila entre 55 000 y 65
000 pesos oro.18 “(Hi: 65 001
> > 54 999).
“Existen diferencias en cuanto al nivel de desempleo entre los distritos
de la Ciudad de Baratillo” (Hi: 1 ¹ 2 ¹ 3 ¹ k).
“A mayor desempleo, mayor delincuencia” (Hi: rxy ¹ 0).
“El desempleo provoca un rechazo contra la política fiscal
gubernamental”
(Hi:X
Y).
En el ejemplo, encontramos todos los tipos generales de hipótesis.
Asimismo, podemos ver que hay preguntas que no han sido traducidas en
hipótesis. Ello puede deberse a que es difícil establecerlas ya que no se
dispone de información al respecto.
Los estudios que se inician y concluyen como descriptivos, formularán
hipótesis descriptivas, los correlacionales podrán establecer hipótesis
descriptivas, correlacionales y de diferencia de grupos (cuando éstas no expliquen la causa que provoca tal
diferencia); y los explicativos podrán incluir hipótesis
descriptivas, correlacionales, de diferencia de grupos y causales No debemos olvidar que una investigación puede
abordar parte del problema descriptivamente y otra explicativamente. Por
ejemplo, Dankhe (1986) señala que los estudios descriptivos no suelen contener
hipótesis, y ello se debe a que en ocasiones es difícil precisar el valor que
puede manifestar una variable.
Los tipos de estudio que no pueden establecer hipótesis son los
exploratorios. No puede presuponerse
(afirmando) algo que apenas va a explorarse. Sería como si antes de una primera
cita con una persona desconocida del sexo opuesto (cuyo nombre, edad, color de
pelo y lugar de origen ignoramos), tratáramos de “hipotetizar” qué tan
simpática es, qué intereses y valores tiene, etcétera. Ni siquiera podríamos
anticipar qué tan atractiva físicamente nos va a resultar (y tal vez en una
primera cita nos dejemos llevar por nuestra imaginación, pero en la
investigación esto no debe ocurrir). Desde luego, si nos proporcionan más
información (lugares a donde le agrada ir, ocupación, religión, nivel
socioeconómico, tipo de música que le gusta y grupos de los que es miembro)
podemos hipotetizar en mayor medida (aunque nos basemos en estereotipos). Y si
nos dieran información muy personal e íntima sobre ella (estado de las
relaciones con su familia, frustraciones, temores, aspiraciones profesionales,
cómo ha establecido relaciones anteriores, etcétera) podríamos hipotetizar
acerca de qué clase de relación vamos a establecer con esa persona y por qué
(explicaciones).
Como se ha venido
mencionando a lo largo de este capítulo, las hipótesis científicas se someten aprueba o escrutinio
empírico para determinar si son apoyadas o refutadas de acuerdo
a lo que el investigador observa. De hecho para esto se formulan. Ahora bien,
en realidad no podemos probar que una hipótesis sea verdadera o falsa, sino
argumentar que de acuerdo con ciertos datos obtenidos en una investigación
particular, fue apoyada o no. Desde el punto de vista técnico no se acepta una
hipótesis a través de un estudio, sino que se aporta evidencia en su favor o en
su contra. Desde luego, cuantas más investigaciones apoyen una hipótesis, más
credibilidad tendrá ésta; y por supuesto, es válida para el contexto (lugar,
tiempo y sujetos u objetos) en el cual se comprobó. Al menos lo es
probabilísticamente.
Las hipótesis se
someten a prueba en la realidad mediante la aplicación de un diseño de
investigación, recolectando datos a través de uno o varios instrumentos de
medición y analizando e
interpretando dichos datos. Y
como señala Kerlinger (1979, p.35): “Las hipótesis
constituyen instrumentos muy poderosos para el avance del conocimiento, puesto
que aunque sean formuladas por el hombre, pueden ser sometidas a prueba y
demostrarse como probablemente correctas o incorrectas sin que interfieran los
valores y las creencias del individuo”.
¿CUÁL ES LA
UTILIDAD DE LAS HIPÓTESIS?
Es posible que
alguien piense que con lo expuesto en este capítulo queda claro cuál es el
valor de las hipótesis para la investigación del comportamiento. Sin embargo,
creemos que es necesario ahondar un poco más en este punto, mencionando las
principales funciones de las hipótesis.
1.
En primer lugar, y como ya se dijo, son las guías de una
investigación. El
formularlas nos ayuda a saber lo que estamos tratando de buscar, de probar.
Proporcionan orden y lógica al estudio. Son como los objetos de un plan
administrativo. “Las sugerencias formuladas en las hipótesis pueden ser soluciones
a(los) problema(s) de investigación, silo son o no, efectivamente es la tarea
del estudio” (Selltiz, et al., 1965).
2.
En segundo lugar, tienen
una función descriptiva y explicativa, según sea el caso.
Cada vez que una hipótesis recibe evidencia empírica en su favor o en su
contra, nos dice algo acerca del fenómeno al cual está asociado o hace
referencia. Si la evidencia es en su favor, la información sobre el fenómeno se
incrementa; y aun si la evidencia es en su contra, descubrimos algo acerca del
fenómeno que no sabíamos antes (Black y Champion, 1976).
3.
La tercera función es la de probar
teorías, si
se aporta evidencia en favor de una. Cuando varias hipótesis de una teoría
reciben evidencia en su favor, la teoría va haciéndose más robusta; y cuanto
más evidencia haya en favor de aquéllas, más evidencia habrá en favor de ésta.
4. Una cuarta función
es la de sugerir
teorías (Black
y Champion, 1976). Algunas hipótesis no están asociadas con teoría alguna; pero
puede ocurrir que como resultado de la prueba de una hipótesis, se pueda
construir una teoría o las bases para está. Esto no es muy frecuente pero ha
llegado a ocurrir.
¿QUÉ PASA CUANDO
NO SE APORTA EVIDENCIA EN
FAVOR
DE LA(S) HIPÓTESIS DE NUESTRA INVESTIGACIÓN?
No es raro
escuchar una conversación como la siguiente entre dos pasantes que acaban de
analizar los datos de su tesis (que es una investigación):
Elena:
“Los datos no apoyan nuestras hipótesis”
Roberto:
“ ¿Y ahora qué vamos a hacer?, nuestra tesis no sirve”
Elena:
“Tendremos que hacer otra tesis”
Es decir, no
siempre los datos apoyan las hipótesis (desde el principio del capítulo se dijo
que el formular una hipótesis no asegura que vaya a comprobarse). Pero el que los
datos no aporten evidencia en favor de las hipótesis planteadas de ningún modo
significa que la investigación carezca de utilidad. Claro
que a todos nos agrada que lo que suponemos concuerde con nuestra realidad inmediata.
Si afirmamos cuestiones como: “Yo le gusto a Brenda”, “El grupo más popular de
música en esta ciudad es mi grupo favorito”, “Va a ganar tal equipo en el
próximo campeonato nacional de fútbol”, nos resulta satisfactorio que se
cumplan. Incluso hay quien formula una presuposición y luego la defiende a toda
costa, aunque se haya percatado de que se equivocó. Es humano. Sin embargo, en
la investigación del comportamiento el fin último es el conocimiento, y en este
sentido, también los datos en contra de una hipótesis proporcionan conocimiento
(tal y como se acaba de comentar: “y aún si la evidencia es en contra de la
hipótesis, sabemos algo acerca del fenómeno que no sabíamos antes”). Lo
importante es analizar por qué no se aportó evidencia en favor de las hipótesis
y contribuir al conocimiento del fenómeno que se está investigando.
Lo anterior se
refuerza con una cita de Van Dalen y Meyer (1984, p. 193):
“Para que las
hipótesis tengan utilidad, no es necesario que sean las respuestas correctas a
los problemas planteados. En casi todas las investigaciones, el estudioso
formula varias hipótesis y espera que alguna de ellas proporcione una solución
satisfactoria del problema. Al eliminar cada una de las hipótesis, va
estrechando el campo en el cual deberá hallar la respuesta”.
Y agregan:
“La prueba de
hipótesis falsas” (que nosotros preferimos llamar “hipótesis que no recibieron
evidencia empírica”) “también resulta útil si dirige la atención del
investigador o de otros científicos hacia factores o relaciones insospechadas
que, de alguna manera, podrían ayudar a resolver el problema”.